Orson Welles, el gigante resucita

Sobre su obra se ha dicho de todo, hasta que dejó un trabajo sin terminar. La cinta inacabada, titulada La otra cara del viento podría ver la luz cuarenta años después de su rodaje, según recoge The Guardian.

La película, rodada en 1970, cuenta los últimos días de un veterano director de cine. John Houston, curiosamente otro curtido detrás de las cámaras, interpreta el papel protagonista. Durante su rodaje, Welles le confesó a Houston… «La cinta trata sobre un director cabrón… va sobre nosotros John». Los rumores llevan estrenado la película más de cuatro décadas. En un principio iba a estar lista para 1972, pero los parones de rodaje y los problemas de posproducción alejaron la cinta de la gran pantalla. En 2002, los tabloides americanos aseguraron un acuerdo para su estreno y en 2005 la historia se volvió a repetir.

Aparte de Houston, destacan en el reparto actores de la talla de Dennis Hopper, Robert Aiken, Susan Strasberg y Peter Bogdanovich. Este último sería el encargado de terminar su edición, tal y como hubiera querido Welles en las notas que le dejó con una serie de instrucciones. La pieza clave para su estreno parece ser Beatrice, hija de Odja Kodar, ex amante de Orson Welles, que ostenta los derechos de la cinta.

A este respecto, Kenneth Sidle, uno de los abogados interesados en que la película salga a la luz, ha declarado «Estamos en negociaciones para que la película se pueda someter a una proyección pública, la respuesta se conocerá durante las próximas semanas «.

No pretendo ocultar mi predilección por la obra orsoniana, pasión que tuvo a bien en transmitirme mi padre (quien llegó a conocer al cineasta estadounidense y mantener relación durante algunos años). Es uno de los directores –que además destacó escribiendo guiones, brilló en la radio e impactó en el teatro- de mayor talento de la historia del cine y representa un prodigio de la técnica y narrativa cinematográfica. George Orson Welles (1915-1985), niño prodigio, peso pesado del celuloide, alcanzó el éxito a la edad de veintitrés años gracias a la obra radial The War of the Worlds, que causó conmoción en los Estados Unidos cuando la gente que escuchaba el programa pensó que era una verdadera invasión de extraterrestres. Este sensacional debut le valió un contrato para tres películas con el estudio cinematográfico RKO, que le otorgaron libertad absoluta en sus realizaciones. A pesar de estos beneficios, sólo uno de sus proyectos previstos pudo ver la luz: la fantástica Citizen Kane (1941), la película más exitosa de Welles.

Ciudadano Kane, hito cinematográfico del siglo XX y obra imprescindible, ganó un Oscar al mejor guión original y estuvo entre las candidatas en otras ocho categorías: película, director, actor principal (Orson Welles), dirección artística, fotografía, música, sonido y montaje. Paradójicamente, ese único Oscar -que también sería el único conseguido por Welles en toda su carrera, a excepción del honorífico de 1970- fue otorgado en una categoría, el guión, de autoría compartida con Mankievickz.

Y es que Orson Welles genera diatribas hasta después de su muerte. Mientras los críticos califican la primera etapa del director como la mejor, donde dejó Ciudadno Kane, otros prefieren su fase más experimental, donde destaca El proceso. Con respecto a La otra cara del viento pasa algo parecido. Mientras unos quieren su estreno, otros prefieren respetar al autor. En la primera línea está Françoise Widhoff, productor de Fraude, que calificó la cinta como una obra maestra después de pasar un mes en la sala de edición de la cinta. Hace unos años Danny Houston, hijo del mítico cineasta hablo de ella como «fascinante». Sin embargo, el cineasta Andrés Vicente Gómez, colaborador de Welles en varias ocasiones e incluso en la cinta inacabada, piensa que sería una «traición» terminarla porque Welles en aquella época ya no estaba en condiciones de hacerlo. «No tenía energía para montarla», añade Vicente Gómez.

Hombre de biografía apasionante, atribulado por las preocupaciones sobre la financiación de varias de sus obras, murió de un infarto en Los Ángeles, el 10 de octubre de 1985. Amante de España y del mundo del toreo (rodó varias de sus películas en tierras españolas y cultivó la amistad de figuras de la talla de Antonio Ordóñez o Luis Miguel Dominguín), esposo de Rita Hayworth, genial artista y trabajador incansable; sus cenizas reposan en el municipio malagueño de Ronda. Pero lejos de haber muerto, permanece vivo en nuestra memoria fílmica, en nuestros miedos y sueños. Ahora más que nunca, quizá, si se termina estrenando La otra cara del viento. Con o sin ella, Welles nos acompaña desde que el cine es cine.

2 comentarios en “Orson Welles, el gigante resucita

  1. Llevamos un tiempo con mucha suerte, los amantes del cine. En 2008 con el descubrimiento de 20 minutos nunca vistos de la apoteósica METRÓPOLIS, y ahora la película «perimortem» de Welles.

    Si te interesa el campo de la filosofía y el cine, estoy preparando «extraacadémicamente» (debido a la «obtusidad» de la universidad española y de sus habitantes inciertos) el tema de la filosofía del cine. Lo encuentro bastante fascinante y que da mucho juego, me baso en clases que asistí en L.A. y de philosophers con blogs, addendum libros psicoanalíticos del tema visual y del cine. Te dejo el enlace: http://intelbook.wordpress.com/category/film-studies/

    Eres totalmente bienvenido.

    Un ferviente aplauso por tu blog, Antoine Doinel.

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