Averroes, un puente entre la tradición filosófica griega y la fe musulmana

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Debemos en España mucho a la cultura musulmana. A la muerte de Mahoma, profeta de Alá, en el año 632, la península arábiga estaba islamizada. En apenas cien años, el Islam se expandió con rapidez desde Arabia, atravesando Persia y, en dirección Oeste hacia el norte de África.

Diez años antes, la Hégira señalaba la huida de Mahoma desde la Meca a Medina, dando inicio al cómputo temporal para sus fieles e instaurando, a su vez, una nueva forma de entender la cultura, la lengua y los libros sagrados.

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En torno al año 1000, los musulmanes emprendieron un gran desarrollo cultural en Al-Andalus (ahora Andalucía). La Córdoba musulmana de por entonces se convirtió en un gran centro cultural, desarrollándose una ímproba labor de recopilación bibliográfica y crecimiento arquitectónico. Esa ciudad, hoy día precioso testigo de un mundo árabe recóndito, albergaba en sus bibliotecas más tomos que toda Francia.

Un siglo y algo más tarde, en 1126, nacería, en la cuna de Al-Andalus, el cordobés Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd (del árabe أبو الوليد محمد بن أحمد بن محمد بن رشد), conocido en Occidente como Averroes.

Ibn Rushd, Averroes, hombre sabio e inteligentísimo, fue el más importante filósofo musulmán de la Edad Media. Además de pensador fue médico, matemático, político y juez. Junto a otros pensadores como Al-Farabi, Avempace, Al-Kindi o el propio Avicena, trató de interpretar el mensaje coránico desde la filosofía griega clásica. Superada la idea semítica del Dios unitario (unicidad de Dios) y rechazada la cristina del Dios a la vez santa trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), Averroes acepta el reto propio de establecer relaciones entre la filosofía y la religión.

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Detalle de Averroes en Triunfo de Santo Tomás, del florentino Andrea Bonaiuto

 

Era inevitable que los intelectuales musulmanes no se enfrentaran a los mismos problemas filosóficos con los que antes se habían batido los cristianos. La demostración de la existencia de Dios o las relaciones entre fe y razón fueron dos de los temas que más preocuparon al filósofo.

La razón y la fe daban respuestas distintas sobre la misma cuestión. Un hombre de fe, sólo de fe, se habría conformado. Pero Averroes era filósofo, y como todo filósofo que se precie, habrá de elegir la búsqueda y la duda, frente al conformismo o la vaguedad.

Gran conocedor de la obra aristotélica, fue apodado como «El comentador«, a causa de su denodado esfuerzo por interpretar y comentar la obra de la bestia parda griega. Y fue precisamente esa voluntad de hilvanar, de tender puentes entre culturas para fortalecer su avance y comprensión (¡qué legítimo fin!), la que terminó reportándole, a finales del siglo XII,  una infame condena, que concluyó con su destierro de Córdoba.

Como un Sócrates musulmán, Averroes era demasiado profundo, rico, e intenso -tanto espiritual como filosóficamente- para su época. Tras la conquista de los Almohades, la fe era un supuesto a imponer, como suele ocurrir a lo largo de la historia, una y otra vez.

Fue acusado, por la dura mano del fanatismo, de cultivar la filosofía de los antiguos por encima de la verdadera fe. Su destierro, doble, como su verdad, le obligó a abandonar su actividad intelectual en la corte y a refugiarse, prohibidas sus obras, en la ciudad de Lucena.

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 Corán

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¿Qué teoría era esa tan obscena?

Sintetizando mucho: si existen respuestas diferentes por parte de la fe y la razón, habrá de haber dos niveles distintos de sabiduría: una religiosa y otra, científico-filosófica. Es conoce como teoría de la doble verdad. Dios es un Ser único, universal y eterno y, como todo procede de Él, el mundo humano ha de ser alumbrado por la razón.

Esa estructura racional conforma el segundo nivel de conocimiento, distinto al religioso solo en el plano formal. El filósofo hablará como filósofo y el creyente como creyente. Pero los dos buscan la misma verdad, por dos caminos distintos. Uno mediante demostraciones necesarias y el otro a través de la belleza y el refinamiento de las suras recitadas…

Distinguido el nous pathetikós (intelecto receptivo) del nous poietikós (intelecto agente), se hace posible, para el filósofo andalusí, la formulación de verdades universales y eternas, por los siglos de los siglos…

La revelación divina contiene dos partes: una evidente y otra que necesita interpretación; la primera, obliga a todos, mientras que la segunda obliga solamente a los sabios; el vulgo está obligado a entenderla en su sentido literal, dejándose de interpretaciones, y a los sabios no les está permitido tampoco explicar al vulgo su interpretación»

Averroes

Publicado por Luis Cortés Briñol

Página personal y profesional de alguien que dedica horas a leer, investigar y escribir sobre diversos temas y que tiene la osadía de pensar que pueden interesar a alguien más.

17 comentarios sobre “Averroes, un puente entre la tradición filosófica griega y la fe musulmana

  1. No creo que Averroes fuera lo que todo el mundo conoce como musulmán.
    Averroes en mi opinión fué judío-musulmán. Un hebreo que pensaba que el islam y lo judío eran conciliables.
    Sabía de la Torah y la aplicaba en sus razonamientos.
    Mediaba continuamente entre el islam y el judaísmo. Transitaba de pais a pais, de España a Marruecos, de Marruecos a Egpito, buscando siempre el rejauste de unos y otros y evitando sobre todo la «llegada de un falso mesías».
    ¿No fué así?

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  2. Eladio,

    Averroes fue un hombre de inmensa actividad intelctual, que desarrollaría a lo largo de toda su vida una profunda reflexión intelectual el conflicto entre filosofía y religión.

    No fue hebreo, sino musulmán. En todo caso aristotélico, pero árabe, no griego, claro. Evidentemente estudió en profundidad las escrituras hebreas y tuvo relación con pensadores judíos.

    Más que eso, su vida, extendida a lo largo del siglo de Oro de los Almohades, concluye con una obra filosófica muy extensa, que influyó de modo notable en varios pensadores judíos (como el muy conocido Maimónides, Joseph ben Jacob Kaspi, o Isaac Albalag). El judío Samuel ben Judah ibn Tibbon, incorporó a su exégesis bíblica varias obras de Averroes.

    Pensó que el Islam era conciliable con los razonamientos de la filosofía. No sé a qué te refieres con «lo que todo el mundo conoce como musulmán», pero está claro que Averroes rompe con las serias limitaciones que respecto del conocimiento plantean los dogmas de la fe islámica.

    Él consideraba la filosofía como lo que es: un saber autónomo, independiente en contenido y forma de cualquier otro tipo de conocimiento (incluyendo la revelación predicada en el Corán).

    Gracias a los tratados «Fasl al-Maqâl», la «Dhâmima» y el Manâhiy, Averroes construye sus principios de autonomía entre filosofía y religión que tanto atrajeron a ciertos intelectuales judíos.

    Un saludo.

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  3. No des por vencida tu parroquia tan pronto, Airuna.

    El artículo tiene un espíritu concililador. Creencia y ciencia son dos formas de aproximarse a la verdad de las cosas. Muy distintas, pero que conforman en la vida práctica una subsistencia con fin a darnos la im-presión del exterior.

    Besos para ti.

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  4. Ahora, antes de terminar de leer la aclaración a Eladio, yo tengo una pregunta…

    Hace casi nada, estoy viendo un reportaje. La historia de una escuela bi-nacional y bi-lingüe en Wadi Ara, en la que niños judíos y musulmanes asisten juntos a las clases impartidas por profesores hebreos y judíos. También se inter-relacionan, con las familias del otro »bando». Bien, niña judía pregunta a padre de niña árabe qué ocurrirá si el día de mañana su hija decide elegir a su esposo determinada por su corazón. Respuesta del padre: los sentimientos no importan. Si lo hace, si me avergüenza, la mato y después me mato. ¿Averroes en el milenio anterior que pensaba al respecto de tal asunto? ¿Eran reconciliables de ese modo su religión (fe) y su filosofía de apertura (razón)?

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  5. Denoto en usted, hombre sabio, un interés suyo constante en conciliar la fé con la razón. Su psiquismo me recuerda al de un niño que no quiere renunciar a los dos caramelos que se esconden tras las dos manos del padre.
    Piense que vivir es elegir, o uno u otro. Vivir es una constante decisión. No poderse decidir por una u otra opción, es el fruto de un pensamiento inmaduro, propio del inseguro, propio del que no se decide nunca. Debajo de esa indecisión, se esconde una fobia a no perder. Escojo las dos opciones del 50% porque así gano siempre. Eso, es hacer trampas.
    ¿Es Averroes un cobarde?.
    ¿Qué interés hay en conciliar una fé religiosa con el razonamiento científico?
    ¿Qué ansiedad subyace debajo de este planteamiento angustiado?
    ¿Qué es la cultura sino una sociedad que ha creído como un niño en su padre-dios o en un Prometeo que simula a Dios?
    Deduzco por sus planteamientos generalistas, que usted ha sido monaguillo antes que fraile, y fraile antes que ciudadano.
    Deduzco que usted ronda la cincuentena, y que es Doctor en Filosofía. Deduzco que usted, tiene otro blog, y que juega a ser una virtualidad que no es.
    Deduzco que usted, debe de invitar a un café a más de uno.
    Deduzco que usted….es ….El.

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  6. Eladio,
    Disiento contigo en varias cosas. Díces que vivir es elegir, o uno o otro. No. Para mí vivir es integrar. Hacer posible lo uno y lo otro. Pienso, razono y analizo, pero siento, intuyo y sueño tambien. Sé y no sé. Amo y odio. Ying y yang, si lo prefieres.
    Díces: «No poderse decidir por una u otra opción, es el fruto de un pensamiento inmaduro, propio del inseguro, propio del que no se decide nunca». A mí, lo que me parece de una inmadurez escandalosa es ponerse a deducir cosas del prójimo sin ton ni son.
    Buen año,
    Airu

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  7. Eladio,

    Permítame decirle que yerra usted en sus deducciones sobre mis persona o mis intenciones. No soy yo quien tiene un interés constante en conciliar fe y razón. Fue Averroes quien lo tuvo.

    No puedo pensar que Averroes fuera un cobarde, me niego. Más al contrario, sólo un hombre valeroso procura canalizar el estudio en cuantas incógnitas plantee la vida y se enfrenta a la tenebrosa ruta que acaece al que decide ir contracorriente y sembrar la luz entre el dogmatismo.

    «¿Qué interés hay en conciliar una fé religiosa con el razonamiento científico?»

    Todo, Eladio. Si bien yo opino que la fe, atravesado un punto, no se puede razonar (por eso es fe), y ello la hace irreconciliable con el razonamiento científico, la historia de la filosofía nos depara constantes ejemplos de rechazo de la idea misma de la incompatibilidad. Para el creyente, su fe no es menos real que la ciencia.

    Acepto el debate, claro. Pero no acepto que me den por conocido: es poco riguroso. Si cabe burlesco.

    ¿Monaguillo antes que fraile, y fraile antes que ciudadano? No, no. Ciudadano arrancado, abstraído del acto contemplador, cuasi-monacal, de la filosofía, en todo caso. Con los curas y los frailes, salvo gustosa excepción, buenos días y buenas tardes.

    Me quedan bastantes para rondar la cincuentena. Yo soy… ¿Él? Concluya su acertijo o déjelo para siempre, por favor.

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  8. Esa elucubración que hace Eladio acerca de Averroes como judío musulmán y otraz zarandajas me deja más perplejo que Maimónides. Echando la lengua a pacer se puede vreer y afirmar lo que se le antoje a cualquiera.

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  9. Eladio:
    Me permito felicitar a Luis, por la estética literaria que maneja al escribir el presente articulo

    Transcribo estos dos párrafos del comentario sobre el filosofo Averroes.
    “Dios es un Ser único, universal y eterno y, como todo procede de Él, el mundo humano ha de ser alumbrado por la razón.” Opino, difícilmente la teología puede ser iluminada por la razón.
    “El filósofo hablará como filósofo y el creyente como creyente. Pero los dos buscan la misma verdad, por dos caminos distintos.” opino que esta reflexión es correcta
    Escribir un articulo con la “autoridad” que lo hace Luis, no es fácil, quienes al menos producimos poco o mucho para plasmar en un documento sabemos que el camino no es llano, siempre se encuentran piedras en el.

    Opinar es muy fácil y en mi criterio el opinar generalmente es falso.

    Los que no escriben y solamente opinan en sentido destructivo, siempre van a tener todos los caramelos, aunque no vengan de manos del padre, pero disfrutan de los caramelos a su manera.

    En los siglos pasados habían muchos“valientes”, pero pocos intelectuales inteligentes.
    Entre ellos Averroes.

    Todas las personas que desarrollamos una idea, un pensamiento filosófico pasamos por distintos estadios del pensamiento, hasta que llegamos a nuestra propia convicción, y esta debe pasar por un análisis crítico pero no por una destrucción total. Porque vamos contra la libertad de pensamiento. No hay verdades absolutas y nos manejamos dentro de esta relatividad.

    Yo pienso totalmente distinto a Luis, pero eso no me permite destruir su creatividad, su libertad de pensamiento mi reconocimiento a que la juventud todavía piensa y es muy creativa, entre ellos podrías estar tu, si es que no estas en la cincuentena.

    No puedo creer que las peleas personales lleguen a la virtualidad, medio que permite relacionarnos, aprender gratis y porque no tener una catarsis como la tuviste tú, que posiblemente te hizo muy bien, al estrellarte contra el autor de este articulo.

    Tu comentario me convierte en eceptica de la virtualidad.

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  10. oye en serio que nos as ayudado muxo en nuestro trabajo de filo, luis :)
    es el q mejor esta explikao d to intrnet! :) besos shurrita ;)
    y k cnste q qiero borrar los cmntarios d arriba y no puedo.

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  11. Luis, una vez más disfruto de tu agudeza y de tus saberes varios, el filosófico especialmente. Agradezco que nos ilumines con esta somera pero interesante presentación del gran «Aristóteles árabe» que fue Averroes.

    Gracias mil.

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